El coraje de mirar hacia dentro y acompañarte con amor
“El bienestar no llega cuando todo está bien afuera.
Llega cuando dejo de esconder lo que me pasa adentro.”
❣️ Te propongo algo: deja de huir por un momento
Durante años, muchos de nosotros aprendimos que para “estar bien” hay que estar fuertes. Sonreír. Hacer como si nada. Tirar para adelante.
Y entonces pasa lo de siempre: llega el dolor, la tristeza, el miedo… y corremos a escondernos.
Nos apuramos en buscar soluciones, salidas, distracciones.
Pero…
¿Y si el camino no fuera hacia afuera, sino hacia adentro?
¿Y si para poder estar bien, primero tuvieras que dejarte estar mal?
🌧️ Lo que duele no desaparece por ignorarlo
De pequeños, nadie nos enseñó qué hacer con lo que sentimos.
Nos dijeron: “no llores”, “no te enfades”, “no seas tan sensible”.
Así que aprendimos a guardarlo todo. A ponernos bien por fuera mientras por dentro nos rompíamos en silencio.
Pero te cuento algo que quizá ya sabes:
el dolor que no se siente se queda. Se acumula. Se disfraza. Se repite.
Hasta que un día te explota dentro sin avisar.
🌿 Sentir es el primer paso para sanar
Cuando te dejas sentir de verdad, algo cambia.
No porque desaparezca el malestar, sino porque ya no estás huyendo de ti.
Sentir es quedarte contigo cuando todo dentro tiembla.
Es abrirle la puerta al miedo, a la rabia, a la tristeza…
y decirles: “Entrad. No os tengo miedo. Estoy aquí para escucharos.”
Eso es sanador. Eso es poderoso.
Eso es amor propio.
💬 ¿Y qué significa “dejarse sentir”?
No es volverse loca.
No es quedarse atrapada en la pena.
No es hundirse.
Dejarse sentir es simplemente dejar de hacer fuerza para no sentir.
Es como si llevaras años apretando una pelota de playa bajo el agua. Y de pronto, te permites soltarla.
Sube a la superficie. Se muestra. Flota.
Y tú respiras.
🤲🏼 El corazón no necesita soluciones. Necesita compañía
Hay emociones que no quieren que las entiendas.
Sólo quieren que te sientes a su lado.
Que las mires. Que no las juzgues. Que no les digas que deberían irse ya.
A veces, lo único que necesitamos es nuestra propia presencia amorosa.
Una voz interna que no diga “esto está mal”, sino:
“Sí. Esto duele. Y aquí estoy contigo.”
🧘🏻♀️ Te invito a probarlo: un rato contigo, sin juicio
Te propongo un ejercicio.
Corto. Sencillo. Humano.
Para cuando estés removida. Para cuando no entiendas lo que te pasa.
O simplemente para cuando quieras practicar estar contigo de otra forma.
🌱 EJERCICIO · Dejarme sentir con amor
(para leer o grabártelo con voz suave)
Paso 1 – Detente
Busca un lugar tranquilo.
Siéntate. Respira. Cierra los ojos si quieres.
Dite: “No tengo que estar bien ahora. Solo tengo que estar.”
Paso 2 – Observa el cuerpo
¿Dónde se nota lo que sientes?
¿En el pecho? ¿En el estómago? ¿En los ojos que quieren llorar?
No pienses. Solo siente.
Sin cambiar nada. Sin forzar.
Paso 3 – Ponle nombre (si quieres)
¿Es tristeza? ¿Es miedo? ¿Es rabia?
¿Es solo una sensación sin nombre?
Dite: “Esto es lo que hay ahora. Y está bien que esté aquí.”
Paso 4 – Quédate un ratito con eso
Como si acompañaras a un niño que está asustado.
No lo dejes solo. No le digas que no llore.
Solo abrázalo con tu atención.
Paso 5 – Háblate con ternura
Puedes decirte:
- “Estoy haciendo lo mejor que puedo.”
- “No necesito estar bien para ser digna de amor.”
- “Esto también pasará. Pero ahora, puedo estar conmigo.”
Paso 6 – Pregúntate con cariño
¿Qué necesito ahora?
Quizá sea descansar. Llorar. Pedir un abrazo. Escribir.
O simplemente quedarte un rato más contigo.
Paso 7 – Cierra con suavidad
Respira hondo.
Imagina que te envuelves en una manta suave.
Dite: “Gracias por no dejarme sola. Gracias por estar conmigo.”
Y abre los ojos cuando lo sientas.
💛 No hay forma correcta de sentir. Solo la tuya.
No hay un manual para esto.
A veces llorarás.
A veces no sentirás nada.
Otras veces sentirás que todo se rompe… y después, sin saber cómo, todo se recoloca.
Cada emoción que atraviesas con amor, te devuelve un pedazo de ti.
📣 Recuerda esto:
“Dejarse sentir no es caer en un pozo.
Es cavar un túnel hacia la luz.”
✨ Cierre
No necesitas estar bien todo el tiempo.
No tienes que demostrar fortaleza.
Sólo necesitas ser honesta contigo.
El verdadero bienestar no es la ausencia de dolor.
Es la presencia amorosa contigo misma, incluso en medio del dolor.
Y poco a poco, sin forzarte, sin exigencias…
vuelves.
Te encuentras.
Sanás.